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Mostrando entradas de 2009

Cuento de Navidad

¡Qué típico es escribir un cuento de navidad apelando al buen hacer y los mensajes solidarios! ¡Qué fácil es redactar por la paz, por los niños de la calle o por navidades perfectas! ¡Qué sencilla es una Carta a SS.MM. Los Reyes de Oriente en la que no aparezca nada material pero sí imposibles para el mundo y para nosotros mismos! Hace muchos años que dejé de mandar cartas a Oriente; no sé si eso significa que hace muchos años que dejé de creer en la Navidad. ¿Es algo más que comer turrones?, ¿que compartir cenas con gente que no lo harías nunca?, ¿que comprar regalos caros?, ¿que aparentar una felicidad que no existe? ¿Sirve de algo el muérdago encima de la puerta de entrada a casa? ¿Tengo que comerme doce uvas en un minuto como si fuera a morir si no lo hago? ¿Necesito llevar ropa interior roja o celebrar el fin de año como si fuera la noche más mágica del mundo? ¿Tengo que sonreir cuando una docena de niños vienen a casa destrozando villancicos? ¡Sí, que para eso es Navidad! No sé

Yo no soy Jesi y tú no eres Cata

Cuanto puede dar de sí un mes cuando los días tienen más de veinticuatro horas. Si pienso en el 16 de noviembre me vienen sensaciones de dolor, recuerdos de lágrimas y frustración; y sabores agridulces. ¡¡Cuanto puede dar de sí un mes cuando los días tienen más de veinticuatro horas!! Quizá sea un síntoma de desequilibrio, de dejadez o de anhelo por verme reflejada en las canciones y personajes de la tele, pero encuentro similitudes entre mi vida y la de cualquier "desgraciada" que llora por las esquinas y aspira a una vida mejor rodeada de príncipes y princesas. Un día fui una princesa; un día volveré a serlo. Y miraré por la ventana hasta ver un carro dorado debajo de mi puerta. Y esperaré a que en un 14 de febrero pinten mi nombre con pétalos de rosa en un parque. Y abriré el buzón diariamente con la esperanza de encontrar un trozo de tela impregnado de tu perfume. Pero hasta entonces me dejaré seducir por las historias de la tele: por esos amores imposibles entre narcotra

Fechas. Números. Días. Gilipolleces.

-Anoche la Lola me tenía preparada una cena cuando llegué a casa. -¿Una cena? ¿Qué tripa se le ha roto? -Ni ella misma lo sabe. Me habló de fechas. ¡Qué fechas ni qué diablos!- Se tocaba la cabeza mientras abocaba el vaso para que el ron sorteara los cubitos de hielo y así llegara a su boca. -¡Ja! Fechas. Las mujeres son raras, no le des más vueltas.- Hizo una pausa para pedir otra ronda de copas -Bueno, ¿y qué tenías que celebrar? -Dijo que era nuestro aniversario. -¿Aniversario? Juraría que te casaste en febrero. -¡Cabrón no se te debe olvidar en la vida! No dejaste una mujer con las bragas puestas... -¡Pocas quedaron! Es cierto. La Lola y vuestras madres por respeto- Simón hizo una breve pausa para recordar esos placenteros momentos mientras soltaba alguna que otra risa picara. -Quizá sea otro tipo de aniversario- se escuchó desde la esquina de la barra. -¡Sí! ¡Quizá sea el primer día que me la follé! ¡Ja! ¡Ja! -Puede ser una simple caricia. -Llevas razón, Ernesto, las mujeres son

Luces de media luna

Las noches no son más cortas por dormirte a las cinco de la mañana. Las noches no son más cálidas por tener pesadas mantas sobre tu cuerpo. Las noches no son menos noches por pensar que brilla el sol. Las noches son noches: de enamorados, de nostálgicos, de juerguistas, de borrachos. Son el momento en el que te desmaquillas y aparecen las ojeras, las arrugas... y no sirve de nada sentirte que pisas la alfombra roja, porque llevas puesto un pijama de estrellas. Las noches son noches y desnuda miras qué eres realmente. Recuerdo cuando miraba a Brad mientras dormía y acariciaba su pelo. Recuerdo cuando gemía con Jason y su manera de hacerme temblar. Recuerdo cuando lloraba porque Michael no contestaba mis mensajes. Recuerdo cuando Peter me llamaba mientras estaba con otra. No he sido más feliz por tener decenas de hombres en mi cama. Siempre pensaba en el mismo: ése que no me hacía caso, ése que no me merecía, ése que jugaba conmigo como con una marioneta, ése que me hacía sentir como un

El rincón de los elefantes muertos

Grandes, pesados, torpes, sordos. El rincón de los elefantes muertos se llena de cadáveres nauseabundos como mi cabeza apila toneladas de ideas inertes. Pesadas torres de preguntas sin responder ni realizar; insoltenibles lágrimas que penden de las pestañas sin saber si caer o quedar colgadas; segundos interminables que separan varios días y mañanas dormitadas en busca de príncipes azules y cuentos de hadas. El rincón de los elefantes muertos sostiene el paradigma de la vida: unos nacen y crecen y otros les dejan su sitio. Hace unos días pensé que tengo ganas de enamorarme; bueno tengo ganas de que me enamoren. De llegar a casa con la cabeza llena de pájaros y el estómago encogido como un acordeón. De perder horas delante de una foto o tardes pasando frío en un parque. De que me respiren en la nuca o sentir el calor de otro cuerpo desnudo. Pero como los elefantes muertos, se sostiene el paradigma de la vida: uno no se enamora cuando lo quiere ni le enamoran cuando lo necesita. Tengo ta

Todo Cabe

Hoy hubiera sido capaz de escribir diez entradas. Hoy hubiera podido desnudarme mil veces ante todo aquel que se topara con mi blog en la red. Hoy podría haber mandado mil sms, pero no lo hice. Hoy he tenido uno de esos días en los que tienes que llenar los pulmones de aire antes de decir cada palabra; en los que tienes que pensar que "eres una mujer fuerte" y de tanto decirlo terminas creyéndotelo; en los que matas las horas con libros, manicuras o visitas desesperadas a tus cuentas de correo. Hoy, sin saber cómo ni porqué, me levante torcida , como dice mi madre que me levanto cuando tengo la cara que tengo o hago las cosas de hoy. Y en un día así, digno de domingo a las siete de la tarde y tapada hasta las orejas viendo Titanic, me propuse que no iba a dejar que nada me amargara un sábado de otoño. Y aquí es donde empezaría realmente la actualización. Dígamos que lo anterior ha sido un aburrido prólogo. Hace ya algunos meses , en mi anterior espacio cibernético, actualicé

Surrogates

No pretendía hacer una actualización diaria, o sí lo pretendía; pero sabía que proponermelo no iba a hacer que lo consiguiera, no sería suficiente. Tampoco quería actualizar con textos que ya habían estado antes en la red. Era una opción navegar por otros espacios mios y colgar aquí las entradas, pero parece que estoy en el momento de ser fiel conmigo y no quería engañarme con falsas actualizaciones. Definitivamente lo que conseguí fue estar dos o tres días abriendo entradas sin publicar ninguna. Anoche estuve en el cine. Tenía varios films pendientes pero terminé entrando en la sala que menos me hubiera atraído. Ágora, Malditos Bastardos, Yo también... eran algunos de los títulos que me llamaban la atención, aunque"por hache o por be" terminé en Los Sustitutos . Si yo fuera crítico del séptimo arte me averuntaría a decir que le faltan subtramas o pequeñas historias que humanicen el argumento. Lejos de todo eso, al salir del cine tenía la sensación de los niños cuando se co

The show must go on!!!

Una nueva etapa, una nueva aventura, una nueva distracción para que el tiempo pase más despacio o se acelere rápidamente. Lejos de Tuentis, Facebooks o Fotologs... he elegido un blog como algo más personal donde pueda "desnudarme" y cambiarme de "ropa" cómodamente. Y esta no será una actualización llena de confetis de bienvenida, porque no me apetece y pienso que no es el momento, simplemente dejaré la puerta abierta y seguiré llenando este "cuarto vistual" de recortes de mi. Llevo tanto tiempo sin escribir que se me han olvidado los párrafos y las letras, los motivos que me hacían llenar páginas y páginas, la emoción de tener siempre cosas que contar. Recuerdo cuando tenía la capacidad de jugar con la retórica, de insinuar cosas y otras "decirlas sin decirlas". Pero ya ha pasado tiempo desde que no me abro ante un teclado de ordenador y me está costando empezar con esta aventura. The show must go on Espero volver pronto. Espero hacerlo con lo