No hagáis lo que yo hago; siempre, hacedlo mejor
Poco queda de esa niña de diecinueve años. Poco o nada. O simplemente la inmadurez propia de la edad que se tiene en ese momento; la que tenía con diecinueve y la que rozo ahora con la treintena. ¿Nunca has sentido que se ha equivocado el tiempo? Yo sí, infinidad de veces. Se equivoca el tiempo. Se equivocan los minutos, los segundos, las vivencias, las personas. Yo también me equivoco; yo me equivoco la que más. Y pienso que debería estar viviendo las oportunidades de los diecinueve. Y creo que sería en este momento cuando actuaría como debo, como toca, sin ñoñerías ni caprichos. Y no me equivocaría como antaño. Y apelaría a mi inmadurez para preguntar porqués que todavía no entiendo. Y entendería más de mí de lo que ahora lo hago. ¡Qué caprichoso es el segundero cuando gira a la izquierda en vez de a la derecha! Es complicado no entender el presente pero sí otras conjugaciones verbales. Es difícil explicar qué se tiene en la cabeza cuando lo único que ves son frases sueltas e inconex