Un gran amor
Ha sido sofocante el día de hoy; tanto en temperaturas, como en la intensidad de cada momento. Paré delante del portal de mi casa. Sequé el sudor de mi frente con una mano empapada. Abrí el bolso. Dejé caer las compras de papel sobre el asfixiante suelo. Empecé a escarbar por los bolsillos de mi pequeño Dior buscando las llaves de mi estudio. Abrí la puerta. Se empezaba a respirar un aire tranquilo, un aire familiar, un aire seguro. Llamé al ascensor mientras apilaba facturas en mis manos. Olvidé cerrar el buzón. No me preocupaba demasiado. Apreté con desgana la A del ascensor. A de a turdida, de a mante, de a stura, de a tenta...; a de á tico. Al cerrar la puerta noté como se desplomaba la presión de ser quien no era, a la vez que el bolso en el suelo. Me descalcé. Mis pies doloridos encontraban alivio sobre el frío mármol. Desabotoné mi camisa pausadamente, sensualmente y la dejé caer por mis brazos mientras buscaba la mirada ardiente del hombre que no existía. Descorché mi pa