Entradas

Mostrando entradas de 2015

El maldito segundero del tiempo

Llovía como siempre llueve en estos meses del año. Esas gotitas que dan un aspecto romántico a las calles, esas luces chispeantes y brillosas, esas baldosas mojadas, esos caminos interminables. Las primeras chimeneas que empiezan a ahumar los cielos. Esas persianas bajadas a las ocho de la tarde y esas cenas rápidas y ligeras para irse a la cama, no con el estómago vacío. Esas llamadas de cariño mientras te recoges entre las sábanas y las otras de socorro, cuando el cariño no es suficiente para llegar al siguiente día. Esas y otras músicas que marcan la llegada del invierno. Esas y otras sensaciones cuando por alguna razón, recuerdas como eran otros inviernos. Siempre terminaba haciendo la misma llamada, porque siempre sabía que me iba a contestar al otro lado del teléfono. Y siempre sabía que si buscaba dónde acurrucarse, encontraría unos brazos deseosos en los míos. Quizá, por terquedad, habíamos conseguido ser los perfectos amantes. Lejos quedaron las torpezas del comienzo, el a

Y me acurruqué contigo para siempre

No era la primera vez que me imaginaba que entrarías por esa puerta, con esa camisa, con esas arrugas deliciosas en los ojos que se te marcan a la vez que sonríes, con ese pelo rubio y esos labios finos. No era la primera vez que respiraba tu perfume mientras tintineaba la campanilla de entrada. No era la primera vez que recordaba tantas cosas que antes había intentado olvidar. Buscaba, entre las paredes de cada antro que visitábamos juntos, que no olvidaran los momentos que habíamos vivido en ellos. Esperaba, absurdamente, que me buscaras y me encontraras, y me cogieras en volandas mientras que una carroza dorada estaba en la puerta. Y quizá, nos llevara a ese castillo en el que el olor a incienso se emborrachaba con el nuestro. Sabía que cuando volviera a verte sería como tener una primera cita. Nervios. Ropa tirada por la cama y bailes equizofrénicos. Llamadas de teléfono buscando consejos y otras en las que restar importancia al verte. Más nervios. Sonrisas y frases estudiadas.