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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Cuento de Navidad

¡Qué típico es escribir un cuento de navidad apelando al buen hacer y los mensajes solidarios! ¡Qué fácil es redactar por la paz, por los niños de la calle o por navidades perfectas! ¡Qué sencilla es una Carta a SS.MM. Los Reyes de Oriente en la que no aparezca nada material pero sí imposibles para el mundo y para nosotros mismos! Hace muchos años que dejé de mandar cartas a Oriente; no sé si eso significa que hace muchos años que dejé de creer en la Navidad. ¿Es algo más que comer turrones?, ¿que compartir cenas con gente que no lo harías nunca?, ¿que comprar regalos caros?, ¿que aparentar una felicidad que no existe? ¿Sirve de algo el muérdago encima de la puerta de entrada a casa? ¿Tengo que comerme doce uvas en un minuto como si fuera a morir si no lo hago? ¿Necesito llevar ropa interior roja o celebrar el fin de año como si fuera la noche más mágica del mundo? ¿Tengo que sonreir cuando una docena de niños vienen a casa destrozando villancicos? ¡Sí, que para eso es Navidad! No sé

Yo no soy Jesi y tú no eres Cata

Cuanto puede dar de sí un mes cuando los días tienen más de veinticuatro horas. Si pienso en el 16 de noviembre me vienen sensaciones de dolor, recuerdos de lágrimas y frustración; y sabores agridulces. ¡¡Cuanto puede dar de sí un mes cuando los días tienen más de veinticuatro horas!! Quizá sea un síntoma de desequilibrio, de dejadez o de anhelo por verme reflejada en las canciones y personajes de la tele, pero encuentro similitudes entre mi vida y la de cualquier "desgraciada" que llora por las esquinas y aspira a una vida mejor rodeada de príncipes y princesas. Un día fui una princesa; un día volveré a serlo. Y miraré por la ventana hasta ver un carro dorado debajo de mi puerta. Y esperaré a que en un 14 de febrero pinten mi nombre con pétalos de rosa en un parque. Y abriré el buzón diariamente con la esperanza de encontrar un trozo de tela impregnado de tu perfume. Pero hasta entonces me dejaré seducir por las historias de la tele: por esos amores imposibles entre narcotra