¡Seámos lisensiados!

El año pasado, en una asignatura de Comunicación Audiovisual que no recuerdo el nombre, pero que todavía me pregunto los criterios de evaluación del profesor, su "colegueo" injustificado o su desproporcionalidad a la hora de mandar trabajos y evaluarlos luego; creo aprendí algo maravilloso para la comunicación: criticar.

Y ser crítico es cojonudo, ¿se puede decir cojonudo? Lo sé. Pero lo nuestro es criticar, quizá por el mero hecho de hacerlo sin preguntarse nada más. Digamos que despues de numerosos comentarios de texto aprendí que prácticamente se puede estar en contra de todo:

- ¿Que te gusta? ¡Piénsalo dos veces, maldito conformista!
- ¿Que es el hombre/mujer de tu vida? ¡No seas bobo/boba, se terminará acostando con tu mejor amigo (o amiga, como miembros y miembras)?
- ¿Que estás contento con tu trabajo? ¡Ja... nunca serás más que un curreta que madruga todos los días!

Y fijaros por donde, esta noche se ha vuelto a apoderar de mi la criatura que escribía por mi nombre el año pasado y hacía que estuviera en contra de las redes sociales, Penélope Cruz y su paso por los Oscars, o la comunicación de masas.

Imagino que todos conoceis a Rafa Mora, ese "tirillas" que salía en "Romeo y Julieta" y se dejaba conquistar por mujeres que le recitaban poemas, lo llevaban al teatro y comían juntos un kebap sin salsa. ¡Pues ese! Y a mi me encantaba: un tío con personalidad, más allá de las formas; que sabía lo que quería y como tenía que actuar para conseguirlo. Alguien a quién no le importaba si le criticaban, "que se reía en la cara de todos" porque "él lo valía", que "teníamos que mirar su carita perfecta" y al que "le gustaría ser feo para saber qué se siente". Pero el chico tenía clara su postura en la vida, ¡joder, ya me gustaría ser a mi igual! (por tener clara la postura, no me entendais otra cosa, por favor) Era un tío peculiar; y utilizo el pasado porque ya no me lo parece, no porque esté muerto (ni que yo lo quiera, Dios me libre). Pero ya no lo es.

Os pongo en antecedentes: despues de seis meses luciendo camisetas ajustadas por televisión, mostrando un cuerpo casi perfecto (aunque demasiado "inflado" para mi gusto) y cautivando con su propia jerga popular, Emma García, presentadora de Mujeres y hombres y viceversa, le dió un ultimatum: debía elegir a la dama de sus sueños, a su princesa, su "cariño". Su "teta".

El caso es que el chico eligió (no sé si a la correcta o no pero, como siempre, yo quería que se quedara con la otra) y se fueron a Túnez a pasear más palmito, darse besos sonoros en televisión (ains!! que eso no queda bien, ¡besaros con ganas, coño! y sin "ruido") y mostrar toda la cultura de la zona con frases sueltas e interpretadas como los actores de un corto de colegio (o los mios: mis cortos; no por los actores, por mis guiones planos y aburridos).

He visto el video, lo reconozco. Y es: natural en el contenido pero demasiado forzado en la interpretación. No tienes porqué saber todas las películas que se han rodado en Túnez, ni si los hoteles parece que están camuflados y a eso se le llama fantasía, ilusión u "hoteles que están camuflados". No es necesario decir "cariño" para empezar y terminar las frases, no hace falta coger a tu novia como un "saco de patatas" y darle palmaditas en el culo mientras la tienes en el hombro; y, mucho menos, decirle que "coja fuerzas para la noche" o que la va a "copular" (como las ranitas que estaban viendo).

Pero, ¿saben qué? (y les hablo de usten porque la ocasión lo merece) que somos nosotros, los españolitos de a pie que tanto criticamos la telebasura, los realities y las telenovelas venezolanas (prefiero las mexicanas) los que tenemos la culpa. ¿Porqué lo vemos? Mujeres y hombres no estaría en antena si no tuviera audiencia, pensadlo.

Y mientras, pues yo estudio una carrera de cinco años (aunque a mi me costó 3 por venir de otra diplomatura) que pretende "colocarme" en el mundo audiovisual, viajo todas las semanas a valencia en tren dejándome la mitad del sueldo y llevo más minutos en radio gratis que una ONG. ¿Para qué? pues para que dentro de unos años, ójala, me esté codeando con Rafa Mora por los platós, o con Challo Mohedano y su señora madre, o La Esteban, de la que prefiero no comentar demasiado, porque con toda la "trupe" de "su" programa no quiero enfrentarme.

Ea! que se dice por mi tierra. Ea!

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